Cuando mantenemos una postura durante un período más prolongado, estiramos  los tejidos yin, que son los tejidos más profundos, como los tendones, la fascia, los ligamentos y otros tejidos conectivos del cuerpo. Nuestros tejidos yin son menos vasculares (se les suministra sangre) y elásticos, por lo que necesitan más tiempo para estirarse. Cuando se estiran con regularidad, aumentan la flexibilidad general, la circulación y el rango de movimiento en las articulaciones y los ligamentos.

Por otro lado, los estilos dinámicos como el Ashtanga enfatizan el movimiento y el estiramiento muscular. Los músculos, al ser tejidos yang, se calientan y se estiran rápidamente, pero se enfrían y se retraen con la misma rapidez. Por eso, si dejas de practicar durante algunos días, es posible que notes una disminución tanto de la flexibilidad como de la fuerza.

Por lo tanto, si practicas únicamente formas dinámicas de ejercicio o yoga, ganarás fuerza muscular, pero no necesariamente un rango de movimiento más amplio. Para tener un rango de movimiento saludable alrededor de nuestras articulaciones, muchos de nosotros también necesitamos estirar el tejido conectivo profundo y las articulaciones. En definitiva el Yin Yoga es una práctica complementaria, no un sustituto de los ejercicios más Yang.

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